pero llegará el momento en que su paciencia se va a agotar 

La Ira de DIOS

El séptimo sello consiste en una serie de castigos de Dios para la humanidad 

a causa de su desobediencia, castigos tan terribles 

que diezmarán poblaciones enteras: 

“porque el gran día de su ira ha llegado; 

¿y quién podrá sostenerse en pie? 

La ira de Dios es la etapa final de las catástrofes que culminarán 

con el regreso de Cristo y se trata de un terrible castigo 

para la obstinada humanidad, 

que se ha rehusado a escuchar las advertencias de Dios. 

Lamentablemente, ni siquiera este castigo logrará que el mundo 

se arrepienta de su idolatría, homicidios, paganismo y robos, 

y la mayoría de los seres humanos simplemente seguirá blasfemando 

y culpando a Dios por su sufrimiento. 

Pero a partir del momento en que comience la ira de Dios, 

ésta no terminará hasta haber cumplido su propósito: 

“verá toda carne que yo el Eterno encendí; no se apagará”  

Como dice el profeta Jeremías, 

“No se calmará el ardor de la ira del Eterno, 

hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; 

en el fin de los días entenderéis esto”. 

Cómo Escapar de la Hora del JUICIO  

Por otro lado, la Biblia nos habla de un grupo de personas 

que logrará escapar de este terrible tiempo de angustia, 

y Cristo le promete: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, 

yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, 

para probar a los que moran sobre la tierra”  

La frase “la hora de la prueba” 

indica que el mundo será probado con angustia y sufrimiento 

sólo por un corto periodo de tiempo. 

Dios además habla de un lugar de refugio para su pueblo 

en ese futuro tiempo de castigo: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, 

cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, 

en tanto que pasa la indignación. 

Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador 

de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, 

y no encubrirá ya más a sus muertos”. 

Pero la protección de Dios no es algo que podamos comprar a último momento 

cuando veamos venir su castigo; no habrá boletos que podamos comprar para ir 

al lugar de protección ni contraseñas secretas para obtener inmunidad ante la ira de Dios. 

¿Cuál es la condición de Dios para protegernos entonces? 

¿Qué debe hacer para ser parte de los protegidos? 

La respuesta está en la Biblia. 

LAS CONDICIONES 

Dios revela sus condiciones en el mensaje del profeta Sofonías para nuestros días: “Congregaos y meditad, oh nación sin pudor, 

antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; 

antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, 

antes que el día de la ira del Eterno venga sobre vosotros. 

Buscad al Eterno todos los humildes de la tierra, 

los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; 

quizá seréis guardados en el día del enojo del Eterno”. 

En otras palabras, Dios está buscando a quienes se    

arrepientan humildemente, vivan conforme a su voluntad, 

le busquen constantemente y le pidan ser tenidos por dignos de su gracia ahora.

Solo sé que nada se.
Sé que la amistad es un sentimiento profundo que nace en un corazón enamorado de la vida aun con sus más o menos debemos proseguir, esta larga carrera que es la vida.
Descubrir ese sueño que nace en tu corazón como cada mañana al despuntar el sol.
´Como esa flor marchita por el tiempo .

Amo la vida con todas esas grandezas y esa pequeñeces. podría renegar por las vivencias negativas, pero aun así me aferro a la esperanza que vendrán tiempos mejores.
Que lo que estoy viviendo es por poco tiempo.
Amo la vida porque me conmueve el llanto de un niño,
Me conmueve el caminar de un anciano porque ya no va de prisa,
las prisas quedaron en el pasado.
Me conmueve el abandono de un animal en la calle me conmueve la indiferencia de la gente ante el sufrimiento de los más vulnerables.

Actos de inmoralidad prohibidos 

No te echarás-acuestes con varón como si te acostara con una  mujer; 

es abominación es un acto infame.

No te entregues a actos sexuales con ningún animal, 

para que no te hags impuro por esa causa - 

(tendrás ayuntamiento amancillándote con él), 

ni la mujer debe entregarse a actos sexuales con un animals. 

(alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él) es perversión, 

infamia. No se hagan impuros en ninguna de estas cosas 

(os amancillaréis; pues en todas estas cosas) 

Con ellas se han corrompidos los pueblo que yo voy a arrojar de la presencia de ustedes. 

(Asi.se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros,) 

y la tierra-su pais fue contaminada, impura; y yo pedí cuenta de su maldad, 

(visité su maldad sobre ella), y la tierra vomitó sus moradores 

Levítico 18:22-27  Romans 1:26,27 is often used to condemn homosexuality, 

along with the Leviticus passages, and 1 Corinthians 6:9,10. 

This is for two reasons:

It purportedly contains the most elaborately worded 

condemnation of homosexuality in the Bible. 

It is the only homosexuality-related scripture that mentions women; 

this is currently understood as a condemnation of lesbianism. 

As with Leviticus, this blog is not the first to reach this conclusion. 

Writer Tom Hanks makes the same conclusion in the book 

“The Subversive Gospel”. Episcopal vicar T.S. Haller does likewise in his book 

“Reasonable and Holy”. Theology professor Adrian Thatcher thinks so in his book 

“God, Sex, and Gender”. According to Thatcher, Haller and other writers, 

early Church fathers like Clement of Alexandria and Augustine felt the same. 

The gOy movement (a group advocating male-male intimacy, 

and staunch critic of the LGBT movement) 

also has the same opinion about these verses.  

The context of Romans 1:26,27 brings new revelations. 

For one, it becomes clear that the Apostle Paul was not homophobic, 

and neither was the Scriptural canon. 

In fact, the genders of people involved in sex doesn’t seem to matter. 

Instead, the Scriptures care much more about what they do, 

whatever gender they might be. In this way, 

Romans establishes a sort of fairness and equality: 

as much as it condemns male-male anal sex, 

it comes down upon male-female anal sex with equal force and judgment.

Thus, with all evidence considered, 

contemporary context shows Romans 1:26,27 

condemns anal sex in connection with temple prostitution, 

whether homosexual or heterosexual. 

When other forms of same-sex contact were being practiced 

publicly in Mediterranean society, 

their lack of mention confirms this view. 

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